1/10/20

Juanito

Francisco Garzaro, 
Guatemala


JUANITO

Aunque Juanito Golondrina era el patojo más bueno del barrio, aquel día radiante conoció el

dolor más raro del mundo.  Alguien lastimaba desde adentro sus entrañas candorosas;  alguien

desde el anonimato del sentimiento salpicaba calladamente de culpa el ensueño y sobre todo

alcanzaba sus amados cuentos infantiles repletos de alegres animales y coloridos bosques

encantados;  y aquella triste sonrisa, tan distinta de la suya y que llevaba encajada e inédita

en el rostro -que sólo sabía de besos maternales- era más bien la primera mueca de asombro

que su alma transparente y noble intentaba como voz de alarma.

Allá en la sombra fresca de la arboleda está Juanito a solas con su fusil de viento.  Un niño y

su encuentro a solas con el asombro. Con el desconocido mundo.